Vistas de página en total

lunes, 30 de mayo de 2011

Diarios chichas y populares

A la contra. Juan Gargurevich: La historia jamás contada

Autor de 14 libros, el último es sobre un legendario diario popular: "Última Hora". Remarca diferencia entre el diario popular y el chicha. Este último "es la espectaculización de la mentira y no hace diferencia entre el insulto, la difamación y la noticia", dice.



A la contra. Juan Gargurevich: La historia jamás contada
TESTIGO. Juan Gargurevich vivió el periodismo de los años 50 y conoció de cerca "Última Hora".

   




• Autor de 14 libros, el último es sobre un legendario diario popular: "Última Hora".


Por Ángel Páez.
Foto: Christian Salazar.

--"¿Última Hora" es el padre de lo que ahora conocemos como "prensa chicha"?

–Es el abuelo, porque rompió esquemas publicando en primera plana una temática popular --la noticia policial y del espectáculo-- y porque usó la replana. Los asaltantes de bancos, los violadores, los criminales, eran los personajes principales de la portada. También las reinas del mambo, del chachachá. Todo lo que fuera popular.

--¿No es lo mismo la "prensa popular" que la "prensa chicha"?

-No. La "prensa chicha" es la espectaculización de la mentira,  de la media verdad, y no hace diferencia entre el insulto, la difamación y la noticia. Es, además, sensacionalismo y amarillismo en estado puro.

--"Última Hora" no nació como un periódico popular. Originalmente era un vespertino conservador. ¿Qué produjo la transformación?

--El diario nació el 13 de enero de 1950 y era un hijo de "La Prensa", cuya finalidad  era alcanzar el gran público. El director fue un veterano periodista, Jorge Luis Recavarren, aunque quien realmente mandaba era el famoso Eudocio Ravines, por encargo de Pedro Beltrán Espantoso. Su gran competencia era "La Crónica". Pero el periódico no se vendía. Y antes de los cuatro meses su propietario decidió cerrarlo.

--Es entonces que dos jóvenes atrevidos le hacen una propuesta extraordinaria al dueño, Pedro Beltrán.

--Raúl Villarán y Efraín Ruiz Caro, uno tenía 22 años y el otro 20, un menor de edad. En la reunión que convocó Beltrán para anunciar que "Última Hora" cerraba, Villarán le pidió un mes para sacar adelante el diario. Villarán y Ruiz Caro, como la mayoría de periodistas, eran intelectuales. No era gente improvisada. Cumplido el plazo, se quedaron. Pero todavía no habían dado el gran salto. Estabilizaron el periódico para luego romper con todo.

–¿Por qué es importante escribir la historia de "Última Hora"?

–Porque sus reporteros renovaron la forma de hacer periodismo en el país. Crearon un estilo. El gran cambio llegó cuando en diciembre de 1950 pusieron como titular de portada: "Chinos como cancha en el Paralelo 38". Ese fue un titular memorable. Usaban la replana para los títulos, pero estaban muy bien escritos los textos. Villarán era un personaje culto, un apasionado del periodismo. Leía y releía a John Dos Passos, y a los reporteros norteamericanos que estaban en los frentes de guerra.

–¿Subieron las ventas?

–Las quintuplicaron.

–¿Recuerda otras historias de portada?

–Un vecino disparó al gato de su vecina y esta lo denunció a la Policía. El primer día titularon: "Piden sanción para el que abaleó al gato", y al día siguiente: "La sociedad no puede condenarme: Ese gato era un pericote". Ni un solo dato era falso. Y cuando llegó el maestro del mambo Dámaso Pérez Prado, y causó furor entre el público, y estupor en la Iglesia, el periódico puso un desafiante: "Mambee con Pérez Prado hasta morir". Y ni qué hablar de los columnistas, eran de primera. Se les respetaba.

–¿Y ahora?

–¿Quién respeta a los que mienten o dicen medias verdades? Nadie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario